Por qué una medida del Gobierno hizo caer algunas cotizaciones

Por: Esteban Lafuente

Preocupado por la suba de las versiones ‘libres’ del dólar, el Gobierno endureció su política para los Fondos Comunes de Inversión (FCI) que invierten en activos dolarizados, con un nuevo tope del 25% para este tipo de instrumentos en su cartera.

La medida de la CNV tuvo su efecto inmediato, con bajas de más del 8% en las cotizaciones libres y legales, aunque analistas consultados por LA NACION presentan dudas sobre su efecto en el mediano plazo y advierten por la salida de dinero de los fondos.

Para muchos inversores minoristas, la utilización de FCI era una oportunidad atractiva para sus ahorros. Gestionados por bancos o sociedades de bolsa, estos paquetes permiten invertir en pesos y seguir una cartera de diversos instrumentos en dólares, en un mecanismo que brinda mayor cobertura frente a la devaluación del peso.

Esta nueva normativa, que obliga a los FCI a destinar la mayoría de su portafolio (75%) en activos en pesos golpea directamente en el principal atractivo que ofrecían a los ahorristas. “Hay que preguntarse por qué los fondos comenzaron a dolarizarse y a acumular activos fuera del riesgo argentino y esto tiene que ver con la desconfianza y la falta de credibilidad en el peso”, afirma Diego Martínez Burzaco, economista de Inversor Global.

Según estimaciones del mercado, si se considera todo el conjunto de FCI en dólares operativos en el país, el excedente de instrumentos en dólares que deberá volcarse al mercado para ajustarse a los nuevos topes ronda los US$900 millones.

Hasta ayer, muchos de estos FCI en dólares superaban el tope del 25% y debieron comenzar a desprenderse de esos activos, que incluyen bonos internacionales y locales en dólares (Bonar 2020, Bonar 2024, entre otros).

Esa dinámica vendedora comenzó a observarse hoy, con bajas de más del 8% en el dólar MEP -se obtiene por la compra venta de títulos de deuda en sus versiones en pesos y dólares- que luego de tocar los $118 cotiza en $108. También caen los bonos dolarizados, como el AY24 (8,8%), el AO20 (12,6%) y el Discount 2033 (8,6%).

“Los volúmenes que los FCI tienen que desarmar son muy grandes, pero los volúmenes operados diariamente son de entre US$80 millones y US$100 millones por día. Hay una fuerza vendedora muy fuerte y eso hace que todos los bonos se estén destrozando”, opina José Ignacio Bano, gerente de Research y BI en Invertir Online.

La semana pasada, el Gobierno ya había dispuesto otra medida de restricción a los FCI. Mediante la resolución 835, la CNV había prohibido que los fondos ofrecidos en moneda extranjera pudieran ser suscriptos en pesos, en otra decisión que buscaba restar presión sobre los tipos de cambio libres. En otras palabras, el inversor que quiere ingresar en FCI en dólares debe hacerlo con dólares que ya tenía.

De todas maneras, analistas y gestores de fondos consultados por LA NACION advierten que el efecto de estas resoluciones sobre las cotizaciones del dólar podría diluirse en el mediano plazo. “Es una dinámica coyuntural por un tema de liquidez. Pero el deseo de la gente de estar dolarizada no cambió. Ahora se les sacó una alternativa, pero lo único que logra es dirigirlo a otras opciones como el dólar libre cuando termine el desarme de los FCI. Si el deseo de la gente sigue, la presión sobre el MEP va a seguir, porque así se atacan las consecuencias y no las causas del problema”, afirma Bano.

Desde un banco privado, en tanto, coinciden en que el impacto “dura dos o tres días” por el flujo de venta de activos dolarizados. “Pero después, el precio es lo que se fija por la demanda del mercado”, afirman.

En este contexto, analistas prevén una salida de dinero desde estos instrumentos. “Hay fondos que van a sufrir ese rescate de inversores que buscaban esa cobertura en dólares, y al no tenerlo se van. No son pesos que van a terminar invertidos en otra cosa, sino pesos que el cliente va a buscar la forma de dolarizarlo”, afirman en otro banco de capital privado. Así, esas herramientas de inversión podrían tornarse menos atractivas.

“Acorralar a los FCI a que no puedan invertir en instrumentos que les den mayor cobertura los vuelven menos convenientes y seguramente veremos salida de fondos de allí. Y todo el dinero que salga terminará yendo al dólar bolsa, que el ahorrista no puede comprar a través de un FCI. De corto plazo puede haber una presión a la baja de los tipos de cambio pero es un efecto temporario efímero que se agota cuando se reacomoden las tenencias de los fondos”, explica Martínez Burzaco.

Con las tasas de interés por debajo de la inflación esperada, una alternativa en pesos son los plazos fijos precancelables en UVA, que se establecen por 90 días y rinden el ajuste inflacionario de la UVA más un 1%. Para quienes busquen dolarizarse por fuera de los FCI, las alternativas son los US$200 al mes autorizados en el mercado oficial, las versiones libres legales (MEP, CCL) o el mercado paralelo. (La Nación)

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