La economía cayó un 5,4% interanual en el primer trimestre del año

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Por: Francisco Jueguen

Bajo el nuevo gobierno de Alberto Fernández, con sólo un tercio de marzo en aislamiento obligatorio por el coronavirus, y con el arrastre de un año recesivo como fue 2019, el primer trimestre del año mostró una caída en el producto bruto interno (PBI) de 5,4% interanual.

El PBI alcanzó los $629.398 millones a precios constantes en los primeros tres meses del año. La baja anual se debió principalmente a significativos retrocesos en la inversión y en las importaciones. La mayoría de los sectores mostraron descensos. El departamento de Cuentas Nacionales del Indec informó además esta tarde que el PBI de la argentina retrocedió -4,8% en el trimestre frente al último trimestre de 2019 en la medida desestacionalizada.

Lo que muestren las estadísticas oficiales sobre la economía nacional luego del tercer mes del año será peor. Cuando se debate en el país sobre volver o no a fase uno, abril fue una muestra de lo que implica la cuarentena más rígida. La Unión Industrial Argentina (UIA) informó ayer que la actividad industrial registró una caída ese mes de 30,6% interanual y de -17,1% mensual en la medición desestacionalizada. Se trató de la retracción más aguda de la serie -que arrancó en 1994- y del nivel de producción más bajo desde febrero de 2003, según la entidad fabril.

El propio Indec ya había anticipado para el cuarto mes del año caídas en dos motores de la actividad: la construcción había retrocedido 75,6% en abril y la industria, 33,5%. Dos encuestas de la UIA y de la Cámara de la Construcción anticiparon que los problemas para ambos sectores se extendían más allá de los meses con aislamiento obligatorio más rígido.

El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que elabora el Banco Central (BCRA) indicó que para este año espera una caída de la economía de 9,5%, el doble de lo estimado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último reporte y por arriba de lo previsto por Cepal para el país. Estas dos perspectivas fueron publicadas meses atrás. Sin embargo, los números de los privados llegan hasta retrocesos de entre 10% y 11% para 2020.

La situación del Gobierno para enfrentar esta situación no es holgada. El Ministerio de Economía informó ayer el resultado fiscal primario de mayo. Los ingresos subieron 2,4% interanual, mientras que el gasto se disparó cerca de 98%. En cinco meses, el rojo fiscal llegó a los $900.000 millones. Ese bache, aún en una compleja renegociación de la deuda con los acreedores privados que no llegó a su fin, fue solventado por 1 billón de pesos de emisión, pese a que el Ministerio de Economía mejoró su posibilidad de endeudarse en pesos.

Según el Informe de avance del nivel de actividad del Indec, tanto la oferta como la demanda cayeron interanualmente un 7,6%. Las importaciones retrocedieron un 16% en el año, mientras que la formación bruta de capital fijo (inversión) se derrumbó un 18,3% interanual. Nada se salvó: también bajaron el consumo público (0,7%), el privado (6,6%) y las exportaciones (4,7%). En la medida intertrimestral, todos estos ítems retrocedieron con la excepción del consumo público, que mostró un avance de un 1,6%.

“Esta caída se debió al decrecimiento de 24,5% de la inversión en construcciones, el descenso de 17,3% de otras construcciones, a la disminución de 13,0% en maquinaria y equipo y al decrecimiento de 12,9% en equipo de transporte”, afirmó el Indec sobre la baja en el rubro vinculado a la inversíon. “Dentro de maquinaria y equipo, el componente nacional descendió un 5,9% y el componente importado se contrajo un 16,2%. En equipo de transporte el componente nacional se retrotrajo 14,6% y el importado decreció 9,7%”, detallaron los técnicos.

“Si bien viene mostrando una evolución preocupante desde hace seis trimestres, aceleró la baja en términos anuales en nueve puntos porcentuales respecto al último trimestre de 2019. En medio de la crisis por la pandemia y de la reestructuración de la deuda, que se suma a un contexto incierto, las decisiones de inversión se ven muy castigadas”, estimó LCG.

La mayoría de los sectores perdieron valor agregado en un año: agricultura, ganadería, caza y silvicultura (-6,2%), pesca (-30,4%), industria manufacturera (-6,5%), construcción (-20,8%), comercio mayorista y minorista, y reparaciones (-6,5%), hoteles y restaurantes (-10,2%), transporte, almacenamiento y comunicaciones (-5,4%), la actividad de intermediación financiera (-5,9%), actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (-2%), servicios sociales y de salud (-3,7%), otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales (-7,2%) y hogares privados con servicio doméstico (-2,6%). Sólo mostraron alzas explotación de minas y canteras creció (+0,3%), electricidad, gas y agua (+3,8%), administración pública, defensa y planes de seguridad social de afiliación obligatoria (+0,2%) y enseñanza (+1,2%).

“El dato del PBI fue malo, aunque no estuvo lejos de lo esperado, ya que el EMAE (Estimador Mensual de la Actividad Económica) anticipaba una caída de esa magnitud”, afirmó a LA NACION Matías Carugati, director ejecutivo de la consultora privada Seido. “Los primeros meses de 2020 fueron una continuación de la tendencia bajista que arrastramos del año pasado, aunque no podemos soslayar el rol de la pandemia y la cuarentena en esta dinámica. Con apenas 10 días de cierre total, la actividad sufrió muchísimo”, agregó.

“Pensando hacia delante, lo peor está por venir. Las restricciones del lado de la oferta se han ido relajando, pero, por decirlo de algún modo, el daño ya está hecho. Hay empresas que cerraron que no van a poder abrir y otras que no pueden sostenerse por mucho tiempo más. Y, a medida que pase el tiempo, los problemas del lado de la demanda van a ser más notorios”, anticipó el especialista, que cerró: “Por más que haya comercios abiertos, si la gente no gasta, porque perdió ingresos o porque hay mucha incertidumbre, la actividad va a seguir resentida. Por eso, nosotros esperamos que luego de un segundo trimestre muy negativo, la recuperación sea débil y lenta, para cerrar el 2020 con una caída del PBI de 10,4%”.

“La caída trimestral está en línea con lo anticipado por el EMAE para los mismos meses”, afirmó la consultora privada LCG. “Este resultado agudiza la baja evidenciada en el último trimestre de 2019 y se explica principalmente por los efectos recesivos que tuvo el confinamiento obligatorio decretado a partir del 20 de marzo. Si bien en este trimestre, el ASPO (aislamientos obligatorio) abarcó solo 10 días, los efectos sobre la actividad fueron palpables ya en marzo, a partir de la imposibilidad de operar en muchos sectores”, dijeron en la consultora que prevé una baja de 11% del PBI a fin de año.

“El dato más que verse afectado por el confinamiento del cual solo incluye 10 días está demostrando que la economía no estaba encontrando rumbo incluso antes del mismo”, afirmó a LA NACION Guido Lorenzo, director de LCG. “Asimismo, esto se reflejó en los indicadores de mercado de trabajo. La extensión del período de confinamiento que está empieza a preocupar acerca de los efectos que pueda provocar sobre la solvencia de distintas empresas y los daños en las relaciones de trabajo que podrían empezar a tomar un carácter permanente”, cerró.

“Los datos de cuentas nacionales son muy negativos, incluso los desestacionalizados. Incluso hubo una mayor caída de exportaciones e importaciones de lo que preveíamos”, dijo a este medio Lorenzo Sigaut Gravina, director de Ecolatina. “Lo que preocupa es que se captó muy poco del impacto de la cuarentena y los niveles de la serie desestacionalizada del primer trimestre de 2020 ya son similares a los de 2010: retrocedimos 10 años”, señaló.

“Vemos una caída muy fuerte en el segundo trimestre de este año, de cerca de 12% desestacionalizado, ya por debajo delos niveles de 2008 y 2009. Además, estimamos, productos del endurecimiento de la cuarentena que se viene en estos días, una proyección de caída de dos dígitos para fin de este año, similar a 2002”, completó Sigaut Gravina. (La Nación)

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