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Empresas argentinas. Por qué valen casi US$13.000 millones menos que hace 50 días

Por: Sofía Terrile

En lo que, a simple vista, parece un reflejo contraintuitivo, las acciones de las empresas argentinas cayeron tras el arreglo por la deuda soberana. La Argentina sigue siendo la Argentina, dicen, y la destrucción de valor de las compañías que cotizan en Nueva York así lo demuestra: fueron US$13.000 millones los que se perdieron desde el 3 de agosto, un día antes del arreglo de la deuda, hasta el viernes de la semana pasada.

La cifra surge de comparar la capitalización bursátil de 14 empresas argentinas que cotizan en el mercado estadounidense. Ese número indica el valor total de todas las acciones de una empresa y surge de multiplicar la cantidad de papeles por el precio. El 3 de agosto pasado, las firmas valían, en conjunto, US$72.771 millones. El 18 de septiembre, ese número era de US$59.950 millones, es decir, US$12.821 millones menos. Es un 17%.

Las caídas más grandes en capitalización bursátil fueron de los bancos. La valuación de Grupo Financiero Galicia bajó 40,8%; la de BBVA, 38,2%; la de Supervielle, 36,5% y la de Macro, 34,8%. Pero el retroceso no hizo distinciones: hasta la compañía más valiosa de la Argentina, Mercado Libre, perdió un 14,9%, a pesar de que la mayoría de sus ingresos no proviene del país y es por eso que se considera que no está tan expuesta al riesgo local como otras firmas.

“Las señales del gobierno no han sido positivas para las empresas argentinas, y eso se ve reflejado en las cotizaciones”, explica Florencia Bonacci, analista de Portfolio Personal (PPI), firma a cargo de la elaboración de los datos.

Desde el 3 de agosto hasta el momento, el Gobierno anunció la regulación de precios de los servicios de telecomunicaciones, mayores restricciones en el mercado cambiario (con complicaciones para empresas endeudadas en dólares) y presentó un presupuesto que levantó algunas críticas por sus proyecciones de inflación.

El arreglo de la deuda era condición necesaria, pero no suficiente. Fue un punto para “prevenir la debacle” que no arregló problemas subyacentes, dice Juan Ignacio Paolicchi, economista de la consultora Eco Go. El telón macroeconómico tiene dos conflictos abiertos: uno cambiario y otro fiscal, continúa. En el primero, se cuentan las reservas netas (en torno a los US$5600 millones, de acuerdo con el analista) y una brecha cambiaria que sigue al alza y que presiona más el mercado oficial.

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En el segundo, un déficit creciente por las medidas paliativas de la pandemia con un presupuesto “laxo” que corrige poco de lo que sucede este año. “El mercado estaba esperando una señal más fuerte de corrección fiscal”, resume.

Poco apetito por el riesgo argentino

Desde un punto de vista más financiero, en los últimos días el riesgo país y los bonos no acompañaron. El primero pasó de los 1083 puntos en los que quedó tras la emisión de los nuevos títulos a cerrar por arriba de los 1300 ayer. Y si alguien tiene que comprar una acción argentina no solamente mira estos números, sino también “el marco jurídico, económico y político” del país, suma Mariano Marcó del Pont, socio de Silver Cloud Advisors.

“Hoy no están dadas las condiciones para que vengan a invertir acá: en el sector bancario están los saldos disponibles poco remunerados, en el energético, las tarifas congeladas; no hay industria que te incentive y el mercado argentino está muy intervenido”, describe el analista. Es normal, entonces, que haya “poco apetito” por los activos locales.

Suma un punto clave de la semana pasada: la limitación para las empresas endeudadas con vencimientos de capital por más de US$1 millón mensual a acceder al mercado oficial de cambios por más del 40% de ese total y la obligación de utilizar divisas propias o refinanciar el resto. “Cambiaste el default soberano por el corporativo y el ruido cambiario, el recuento de reservas, no ayuda a la confianza”, destaca.

A eso se suma un contexto internacional para los activos emergentes que no fue muy favorable en las últimas semanas, añade Marcó del Pont, sobre todo en América Latina, hoy epicentro de contagio del Covid-19.

En la bolsa local, la trayectoria que las acciones hicieron antes del arreglo de la deuda, desde marzo, cuando tocaron mínimos siguiendo la tendencia global, hasta inicios de agosto, fue hacia arriba, señala Manuel Carpintero, portfolio manager de Nash Inversiones. “La suba que vimos antes fue en parte por inercia por el crecimiento de otros mercados y por las expectativas de que la Argentina arregle la deuda; por ese entonces, se rumoreaban que se venían algunas relajaciones del control de cambios”, recuerda.

Sin embargo, tras el arreglo, el mercado siguió cayendo porque el Gobierno no tomó las medidas esperadas. “No flexibilizó los controles de cambios, avanzó el impuesto a la riqueza y siguieron las restricciones de la cuarentena por el coronavirus”, detalla Carpintero.

¿Cómo sigue la tendencia? Hacia el futuro, va a estar complicado encontrar catalizadores positivos, apunta Bonacci. “Algo de aire podría venir por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), con un acuerdo que nos exija un proyecto económico que permita mostrar un camino de recuperación”, agrega.

Para Marcó del Pont hace falta una señal política: “No hay vencimientos importantes que generen problemas; hace falta mostrar confianza y que la gente vuelva a creer en la moneda”, cierra. (La Nación)

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