Días antes del día de homenaje a Néstor Kirchner, el Obispo se acordó de abrir el cementerio “a las familias” de los deudos, que hasta ayer no podían entrar

¿Casualidad o causalidad?. Hasta hoy el cementerio municipal de Río Gallegos permanecía cerrado para los deudos que en dolorosas ceremonias minimizadas por el protocolo del Covid-19, debían despedir a sus familiares en completa soledad y llegar solo hasta la entrada de la necrópolis local.

Curiosamente el Obispo de Río Gallegos Jorge García Cuerva, se iluminó de golpe y en una reacción que no había tenido en estos 2020 días de cuarentena, decidió que no es lógico seguir cerrando a las familias, la posibilidad de ingresar al cementerio para despedir a su familiar fallecido. Entonces, en una nota al diario Tiempo Sur (que podríamos llegar a pensar fue armada para la oportunidad), reflexionó sobre este tema y dijo “Nosotros como pastoral que vamos acompañando a la familia en el cementerio, veíamos que se estaban realizando prácticas que deshumanizan algo tan difícil”.

Lamentablemente la curia tardó 220 días antes de darse cuenta, 128 muertos de Covid y muchos fallecidos que aún sin tener Covid, no tuvieron la posibilidad de ser despedidos por los deudos.

“El hecho que tenga que despedir a un familiar en la puerta del cementerio cerrado es terrible. La muerte es parte de la vida y poder despedirse es un rito que forma parte de la vida del ser humano” dijo García Cuerva al diario.

Bienvenida la reflexión del Obispo. Alguno diría “más vale tarde que nunca” y nosotros podríamos decir “Ahora es más necesario que nunca”. 

Sucede que si las restricciones de ingreso al cementerio siguen como hasta ahora, mañana 27 de octubre, aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, no podría llevarse a cabo el desplazamiento de la militancia K que va a concurrir a dejar una ofrenda florar al mausoleo ostentoso que levantó Lázaro Báez al amigo.

Por lo tanto, sin desacreditar el sentimiento humano del Obispo y sus buenas intenciones, creemos que lo mueve más la intencionalidad política de facilitar los actos militantes sobre la tumba de Néstor Kirchner, que un verdadero sentimiento de solidaridad espontánea (220 días después y tres días antes del 27 de octubre), que extrañamente, no lo demostró en siete meses de cuarentena.

Una vez más se trata de embaucar a la opinión pública desde el gobierno, los medios adscriptos y en este caso la propia curia, disfrazando de una medida humanitaria lo que a todas luces es una medida de interés político.

El gobierno y el Obispo Cuerva (kirchnerizado como su amigo Sergio Massa) decidieron levantar las restricciones en el cementerio municipal de Río Gallegos, por cuanto hubiera resultado absolutamente llamativo y levantado grandes críticas, si el sector político provincial y personajes nacionales que vendrán al mausoleo de NK en el día de mañana, ingresaran en manada y con entrada libre y gratuita, a la necrópolis local, en momentos que, aludiendo a un protocolo de seguridad Covid, ningún vecino de  Río Gallegos, tiene la posibilidad de despedir a un familiar en su último responso.

Si alguna duda quedaba sobre para qué lado está orientado el obispado de esta provincia, solo basta ver las acciones que acomete Cuerva (o que no realiza como el recordado Obispo Romanin), el discurso que sostiene y la falta de compromiso con las causas sociales de la provincia, la falta de críticas hacia un estado provincial que tiene a más de la mitad de la población por debajo de la línea de pobreza, la desorganización y superación de la crisis de salud, la importancia de reclamar por el Ibuprofeno Inhalado, la violencia ejercida por la policía, la cantidad de muertes irresueltas por la justicia, etc.

Nada de esto ve el Obispo Cuerva. Tal vez necesite que algunos de los políticos provinciales y/o nacionales del oficialismo se vea involucrado y/o damnificado directamente en algunos de estos temas, para salir a poner excepciones a su discurso. (Agencia OPI Santa Cruz)