Lo advertimos en nuestra nota del 13 de noviembre 2020, cuando dimos a conocer que por decisión del gobierno provincial y sosteniendo el argumento de la trazabilidad de los contagios, se les ocurrió colocar en los ingresos a los supermercados de la ciudad, una serie de planillas que los clientes deben llenar y firmar, con sus datos actualizados (como nombre apellido, DNI, domicilio, teléfono y firma).
Esta medida, potenciada y llevada a cabo por parte de un radical filokirchnerista como Leandro Fadul desde el área de Comercio del gobierno provincial, está reglada por el Decreto 1204/20 y la finalidad en permitir el entrecruzamiento de datos provenientes de la actividad comercial y del sistema de salud. Este Radical converso se ocupó de dar charlas a los gerentes de supermercados, para explicar cómo funciona el sistema.
Sin aventar prejuicios ni encender alarmas innecesarias o conspiranoides, está claro que en todo lo proveniente de un gobierno con gran propensión a la mentira y el ocultamiento, subyace una cuota de necesaria desconfianza, sabiendo que, en la pandemia, el kirchnerismo ha encontrado un negocio de oportunidad en varios aspectos (políticos, sobreprecios, control social, emergencias económicas etc).
Consideramos que la actual recolección de datos en las bocas de expendio de mercaderías, es una medida anticonstitucional que vulnera la reserva de la identidad y el derecho a proteger los datos personas de cada ciudadano. Y si bien el fin pareciera bastante loable, durante o después de la pandemia, esa base de dato que alguien puede armar, podría tener un destino incierto que va desde vender la misma para fines publicitarios, agencias de cobros o inclusive pueda servir para la construcción de afiliaciones truchas, a las que son tan afectos los políticos de Santa Cruz, hasta cualquier otra consigna que desconocemos, como caer en manos de delincuentes quienes puedan tener a su alcance los datos particulares y familiares de cada uno (nombre, dirección , teléfono, etc) y ni hablar de “firmar” dichos formularios, como se pide.
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La prueba
Ayer hicimos la prueba de ir al supermercado Carrefour donde en la entrada hay una mesa en la cual se encuentran las planillas. Como es habitual, piden el DNI para saber si es par o impar (hasta ahí todo bien) y posteriormente (y hasta el momento) “invitan a registrarse”.
En este punto quien de nosotros fue al comercio preguntó si era obligatorio “Porque si es obligatorio me voy y no entro”, dijo la persona que fue a corroborar que la iniciativa se estuviera aplicando y le dijeron “No, no es obligatorio”. Hecho seguido, esta persona se negó a firmar y dejar sus datos e ingresó al comercio.
A la salida del supermercado, nuestro hombre de prueba se detuvo unos minutos en la puerta de salida para corroborar, en ese poco tiempo, cuántos de los clientes accedían a registrarse.
En los minutos que estuvo allí, ingresaron 9 personas, siete de los cuales, se negaron a dejar sus datos. También preguntamos a uno que se registró por qué lo hizo y sonrió cuando nos respondió sin dejar de caminar “Se registró alguien a quien nunca van a encontrar”, dijo sonriendo, aludiendo que en la planilla puso un nombre ficticio, datos falsos y una firma irreal. Esto, además, corrobora lo que ya adelantamos, la poca fiabilidad del sistema la hora de recolectar datos que sean ciertos, con lo cual es una operación molesta, antipática, que a los comercios le cuestan clientes y no sirve para los fines propuestos.
En la playa del supermercado encontramos a un par de clientes que salían para abordar sus autos y le preguntamos sobre la medida. De 6 consultados, tres dijeron que no les parecía mal la medida y cuando le hicimos ver el potencial peligro de que sus datos existan en manos extrañas, se mostraron sorprendidos y confesaron no haber pensado en ello. Cuando preguntamos si volvería a entrar en un supermercado en caso de que la medida sea obligatoria (y luego de haberle explicado el peligro de acceder a aportar sus datos), dijeron categóricamente que no entrarían a comprar.
De acuerdo a la información que tenemos de nuestras fuentes en el ámbito comercial, la medida “está en prueba”, pero no se descarta que una vez puesta a punto la Aplicación para los celulares, la cual intentan aplicar para hacer un seguimiento de los contagios y los positivos, la solicitud de datos y firmas en los comercios de la ciudad sea una obligación para los clientes y algunas fuentes fueron más allá y señalaron que cuando sea obligatorio el trámite se va a constatar con el DNI de cada uno, que los datos que se consignen sean “verdaderos”, algo claramente inconstitucional de parte de privados, que sean órganos controlantes del propio Estado.
Por lo tanto, confirmamos que en la actualidad se ha comenzado a aplicar de manera “opcional” para los clientes, la recolección de datos en algunos supermercados de la localidad.
Nuestro consejo es : ¡No entre ni compre en el negocio que le exija una registración de sus datos y su firma!.
La única manera de forzar a los comercios a no instrumentar esta medida que suma inseguridad a nuestra ya convulsionada vida, es restarle clientes para hacer que sean los propios gerentes de cada supermercado, los que decidan quitar dichos registros en el acceso a los comercios. (Agencia OPI Santa Cruz)
