Fin de semana frenético: cómo se definió dar a conocer la lista de “vacunados VIP”

La ministra de Salud, Carla Vizzotti - Foto: Telam

Según publica Clarín Fue en la Rosada y en Olivos. Quiénes estuvieron. Idea de cortar la crisis y de deslindar responsabilidades sobre lo que vacunaron otras administraciones.

Por: Pablo de León

Alberto Ángel Fernández había escuchado a su jefe de Gabinete y tomó la decisión: “Decile a Ginés que presente la renuncia”. Era viernes, el Presidente se quedó en su despacho y Santiago Cafiero recorrió los pocos metros que separan su oficina de la silla presidencial para llamar al ministro de Salud, González García, y comunicarle la definición oficial para intentar frenar el escándalo del “vacunatorio VIP” develado por los periodistas Ignacio Ortelli y Federico Mayol, de Clarín.

Más tarde, Fernández habló largamente por teléfono con Carla Vizzotti, la virtual segunda del Ministerio de Salud y finalizó esa conversación: “Venite para la Rosada”. A las 20 horas del viernes, Vizzotti subió las escaleras hasta el despacho presidencial y, en una hora y media más de charla, terminó convertida en la sucesora de Ginés, amigo de toda la vida del padre de la médica infectóloga.

A las 21:30, el jefe de Estado se retiró a la Residencia Presidencial de Olivos y la flamante ministra se quedó en la Jefatura de Gabinete. La charla comenzó a delinear lo que vendría después: la revelación de los nombres, supuestamente completa, de los que visitaron el “vacunatorio VIP”, las primeras medidas a tomar (como el anuncio de compra de 1 millón de vacunas chinas de Sinopharm, con entrega urgente) y la salida de funcionarios -vacunados- cercanos al ministro saliente.

El sábado, el Presidente repasó el rebote noticioso y, con el teléfono explotado, invitó a desayunar a Olivos al intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta. “Juanchi” es uno de los “albertistas” que se definen como tal y que habla con el mandatario diciéndole lo que piensa, como en el aún latente conflicto con el PJ bonaerense, donde algunos alcaldes siguen resistiendo el arribo de Máximo Carlos Kirchner a la conducción.

Luego, mientras se preparaba en la Quinta la ceremonia casi íntima de jura de Carla Vizzotti como ministra, comenzaron a llegar los funcionarios. A los inseparables del Presidente -Julio Vitobello (secretario General) y Juan Pablo Biondi (secretario de Comunicación y Prensa), se sumaron Cafiero y Vilma Ibarra, la secretaria Legal y Técnica, la persona de confianza del jefe de Estado en la letra fina de los asuntos claves. En esa mesa, se habló de que se debía dar la lista completa de los “vacunados” y que se debía intentar cortar con la crisis que había comenzado el día anterior. También se sentía la presión de ministros que no se habían vacunado y no querían quedar “pegados” al “VacunaGate” que parecía salpicar a todos.

Repasando la jornada del viernes, aparecían las maldiciones contra Horacio Verbitsky, quien ya era mala palabra para varios del entorno presidencial. El propio Alberto Fernández daba su visión del tema: que el veterano periodista sabía que se iba a revelar el escándalo de las vacunaciones VIP y que, por eso, intentó primerear y bajarle el precio al tema, enfocándolo en una pelea con Clarín, como hizo al intentar manchar a un directivo de este diario, quien no se había vacunado como sí lo hizo el dueño del sitio “El cohete a la luna”.

Luego, llegaron más ministros para la jura ministerial y hasta Sergio Massa se sumó a las tertulias de Olivos posteriores.

El domingo siguieron las conversaciones en la Residencia Presidencial, antes de que Fernández, juntó a Felipe Solá, Martín Guzmán, Cecilia Todesca más Biondi y Vitobello partieran en un charter con rumbo a México. Allí, se avaló la propuesta de Vizzotti de dar curso a iniciativas de transparencia de datos. Esto, sería, en concreto, que las provincias también transparenten sus mecanismos de vacunación, algo que la funcionaria pediría este martes a sus pares de cada jurisdicción, en la reunión del COFESA, el Comité Federal de Salud que reúne a los ministros sanitarios de Argentina.

De paso, que cada gobernador se haga cargo de los nombres que seguirán surgiendo, como vacunados privilegiados en cada distrito. “Lo que hizo Axel, lo que hizo Coqui, la que se mandó Perotti… que cada uno se haga cargo de lo suyo, nosotros lo tuvimos que correr a Ginés”, gritó uno de los contertulios de Olivos donde estaba el Presidente. “Vos Carla, explicá lo que pasaba en el Posadas, en el Ministerio de Salud y a los que fueron a las casas”, fue la orden para la ministra, quien debió justificar vacunaciones insólitas como las de la familia de Eduardo Duhalde, quienes recibieron atención a domicilio.

También luego, los funcionarios debían justificar la vacunación del ministro Martín Guzmán (de menos de 40 años) y de su equipo más cercano, donde el promedio de edad está en los treinta y pico de años.

Por la noche del domingo, comenzaron las preocupaciones por la suerte de Ginés González García, quien estaba a esas horas, recluido en una chacra, lejos de su departamento de Puerto Madero. Por eso se explica el hilo de tuits de Alberto Fernández hablando de un “escarnio mediático” con el despedido funcionario. Esa línea de apuntar a lo “mediático” fue replicada, pero en la noche del lunes, por Carla Vizzotti en el amigable piso del canal de noticias C5N.

Ese lunes comenzó con la llegada a México de Alberto Fernández, quien se comunicó de inmediato con su jefe de Gabinete para repasar las novedades. En ese momento, la ministra de Salud entraba a la Casa Rosada para ajustar sus primeros movimientos y atender, desde las oficinas de Santiago Cafiero, a dos FMs: Radio Con Vos y El Destape.

El lunes fue también un día frenético, de cambios en el Ministerio de Salud, tertulias en la Rosada y chats con la ciudad de México. Al finalizar el día, se develó la lista de 70 privilegiados con la vacuna, donde aparecían kirchneristas paladar negro como Carlos Zannini (y su esposa) y Jorge “Topo” Devoto, hasta el embajador en Brasil, Daniel Osvaldo Scioli.

“Nadie puede decir que el Presidente no se está haciendo cargo”, resoplaba sobre el anochecer del lunes un funcionario mientras se aflojaba el nudo tortuoso de su corbata. A pesar de la frase altisonante, resta saber aún cuándo terminará la sangría y el daño que la difusión de nombres de vacunados por izquierda sigue provocando en la credibilidad del Gobierno. De una administración que -hasta hace tres días-, creía estar viviendo “un buen febrero”, con las noticias de Ganancias, el llamado al diálogo al Campo y más empresarios, el lanzamiento del Consejo Económico y Social y un dólar sereno. (Clarín)

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