La Argentina, más cerca de recibir fondos frescos del FMI

Menos crecimiento y más volatilidad a nivel global

Según publica La Nación Los ministros de finanzas del G7 acordaron respaldar una asignación especial de Derechos Especiales de Giro que podría redundar en una inyección de alrededor de US$3500 millones a las reservas del Banco Central

Por: Rafael Mathus Ruiz

La Argentina quedó más cerca de obtener unos US$3500 millones sin condiciones por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) luego de que los ministros de finanzas del G7 respaldaran una reparto de fondos a los países emergentes y de ingresos más bajos, un alivio financiero que podría permitirle al gobierno de Alberto Fernández estirar las negociaciones con el Fondo más allá de las elecciones legislativas.

Los ministros de finanzas del G7 acordaron apoyar una asignación nueva y considerable de Derechos Especiales de Giro (DEG, la moneda que utiliza el FMI) para aumentar las reservas de los países miembros del Fondo y proporcionar liquidez a los países vulnerables, liberando recursos para pagar necesidades cruciales como vacunas y las importaciones de alimentos y mejorar los colchones financieros de los mercados emergentes y los países de bajos ingresos, indicó el G7 en un comunicado.

El gobierno de Alberto Fernández tiene en carpeta la posibilidad de utilizar una eventual inyección de reservas con fondos frescos del Fondo para afrontar vencimientos de deuda con el organismo a fines de este año, una bocanada de oxígeno financiero que le daría un mayor margen en la negociación actual para refinanciar la deuda de alrededor de US$45.000 millones que tomó prestados el gobierno de Mauricio Macri.

El respaldo del G7 representa un nuevo y crucial avance la inyección de recursos a los países que integran el Fondo. Las naciones que integran el G7 son las principales accionistas del Fondo, y quienes deciden en última instancia cómo y para qué se utilizan los recursos del organismo multilateral. El comunicado del G7 dijo que la aprobación podría llegar a darse durante las próximas reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial en abril. La última asignación de DEG se produjo a raíz de la crisis financiera de 2009, y esta vez se prevé que será mucho más grande dada la magnitud de la crisis que produjo la pandemia del coronavirus.

“El acuerdo histórico del G7 allana el camino para una acción crucial y concertada para apoyar a los países de bajos ingresos del mundo, asegurando que ningún país se quede atrás en la recuperación económica mundial del coronavirus”, dijo después de la segunda reunión de ministros de finanzas del G7 el canciller de Hacienda del Reino Unido, Rishi Sunak.

El FMI ha hecho distribuciones de fondos en cuatro ocasiones: una entre 1970 y 1972, otra entre 1979 y 1981, y las últimas dos en 2009, tras el golpe que propinó la crisis financiera global. En agosto de ese año, el Fondo distribuyó US$250.000 millones entre sus socios, una movida que podría repetirse ahora luego de que la idea recibió el apoyo del gobierno de Biden y el G20. Casi la mitad de esos fondos, US$100.000 millones, se destinó a países emergentes y en desarrollo.

Una de las últimas trabas a limpiar antes de que se apruebe la distribución de fondos son las preocupaciones entre los socios mayoritarios del Fondo por el destino de esos fondos. Como parte de las discusiones sobre los DEG, se acordó que el G7 trabajaría con el FMI para avanzar en la mejora de la transparencia y la rendición de cuentas en torno al uso de los DEG y explorar cómo los países podrían reciclar voluntariamente sus tenencias de DEG para seguir apoyando a los países de bajos ingresos, indicó el comunicado del grupo de naciones desarrolladas. El G7 acordó que el FMI debería elaborar por separado algunas opciones sobre cómo hacerlo, sin retrasar el acuerdo sobre una nueva asignación general. (La Nación)

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