La CGT dice que logró frenar el avance de La Cámpora sobre las obras sociales

Reunión CGT -

Según publica Clarín No habrá cambios en la Superintendencia de Salud, les prometió el Gobierno.

En un almuerzo armado de urgencia, la primera línea del Gobierno le garantizó este martes a la cúpula de la CGT que no habrá cambios en la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), el organismo que controla el funcionamiento y distribuye fondos para las obras sociales sindicales.

La promesa que se llevaron los dirigentes cegetistas de Santiago Cafiero, Carla Vizzotti y Claudio Moroni es que la exigencia de La Cámpora de ocupar cuatro gerencias clave de la SSS no será atendido, ni ahora ni más adelante.

“Esa es la decisión de Alberto (Fernández)”, les dijo el jefe de Gabinete a los gremialistas, según confiaron fuentes oficiales.

Durante la comida- bruschetta, carne con papas y frutas y helado de postre- Cafiero atribuyó la tensión que se había generado con la CGT a “una confusión”, según reconstruyó Clarín de fuentes gremiales.

También les aseguró a los capos cegetistas que el Presidente “nunca pensó” que la designación de cuatro camporistas en la SSS “podía producir” una situación de quiebre con la central obrera peronista.

Y les garantizó que los cuatro gerentes actuales seguirán en sus cargos.

Carla Vizzotti -la Superintendencia depende del Ministerio de Salud- ratificó que nada cambiaría en el organismo.

La palabra de los funcionarios calmó a los cegetistas, quienes el fin de semana llegaron a plantear que en caso de que se concretara el avance de La Cámpora sobre la SSS peligraría “la amistad” con la Casa Rosada.

En la CGT -defienden la actual gestión de la SSS, a la que califican de “eficaz” y “transparente”- siguen con atención cada paso que la organización que lidera Máximo Kirchner y el cristinismo quieren dar sobre el sistema de salud.

Ya controlan el PAMI, la ANSeS y la obra social IOMA. El año pasado, Cristina Kirchner propuso “una reformulación” del sistema de salud.

Según la lectura de la CGT, detrás de los movimientos camporistas están el ministro de Salud bonaerense Daniel Gollán y su vice Nicolás Kreplak.

“Quieren ir a un sistema cubano, completamente estatal”, advierte un sindicalista.

“Molesta que no te dicen qué es lo que quieren hacer, pero buscan avanzar cómo sea en las estructuras”, completa otro.

En otro gremio que también está muy atento a las intenciones del kirchnerismo se quedaron tranquilos a medias con lo que les trasmitió Cafiero en la Federación de Trabajadores de Sanidad.

“Esta vez se evitó que designaran a cuatro gerentes, pero apenas puedan van a ir por mucho más. La próxima van a ir directamente a reclamar la silla de Vizzotti”, plantearon.

La lectura que hacían este martes en gremios es que en la previa de la elección no se va a tensionar la relación con la CGT; pero les quedaba la duda de qué podrá pasar después de los comicios, más aun en caso de que el kirchnerismo obtenga un buen resultado.

¿Se envalentonará más?

La relación de la CGT con el Gobierno parece estar marcada por cierta desconfianza. Aunque algunos de sus dirigentes se sienten muy cercanos a la administración de Alberto Fernández, otros cuestionan que son tomados poco en cuenta a la hora de las decisiones.

Lo de los cambios en la SSS, por ejemplo, en la central sindical se enteraron gracias a que tienen gente propia en el organismo.

Nadie les había avisado desde la Casa Rosada de la exigencia de La Cámpora. “Fue una torpeza política”, describieron en la CGT.

La cuestión de las tensiones en el oficialismo fue abordada este martes en Sanidad. Lo que plantea la conducción cegetista es que si se trata de una coalición de gobierno todos sus integrantes deberían ser tenidos en cuenta y no unos por sobre otros.

A principios de mayo pasado, en Olivos, el mercantil Armando Cavalieri le había planteado a Fernández: “Tenés que usar el poder que tenés”.

Comensales

De la comida de este martes en Sanidad participaron, además de los funcionarios, Cavalieri, el estatal Andrés Rodríguez, Antonio Caló (UOM), Gerardo Martínez (UOCRA) y el co secretario general de la CGT, Héctor Daer.

El almuerzo fue en el comedor del edificio en el tercer piso. En el 7° estaba Carlos West Ocampo, titular de la Federación:no bajó porque prefiere no meterse de forma directa en temas cegetistas, según dijeron.

En un comunicado, la CGT detalló que en el encuentro se habló de “la necesidad de cumplir con lo acordado con el Presidente” sobre la firma de un decreto que obligue “a los trabajadores a mantener la obra social de actividad durante el primer año de ingreso laboral”.

Y que plantearon la necesidad de generar una reunión dentro del Consejo Económico Social con los formadores de precios” a los fines de atacar la inflación. (Clarín)

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