Alberto Fernández presiona por la “ley pandemia” para evitar otro DNU y mueve sus fichas en el Congreso

El Presidente Alberto Fernández

Según publica Clarín Aunque las espadas parlamentarias todavía no dan señales claras y hay escaso margen de tiempo, Rosada insiste en que la cuarentena empiece a ser manejada con parámetros aprobados por el Congreso.

Por: Ignacio Ortelli

Los votos -al menos hasta el cierre de esta nota- no están y el tiempo apremia. Pero en la Casa Rosada no quieren saber nada con la posibilidad de que Alberto Fernández tenga que firmar un nuevo decreto de necesidad y urgencia para renovar la cuarentena a partir del 11 de junio e insisten en que la ley para manejar la pandemia verá la luz justo antes del viernes, cuando expira el actual DNU. “Necesitamos que el Congreso nos dé esa herramienta que ordena no sólo al Gobierno nacional sino a todos los gobernadores”, es el pedido que surge desde el entorno presidencial y, al mismo tiempo, una forma de meter presión en la recta final.

Con esta premisa, en las últimas horas el Presidente intensificó los contactos con las espadas parlamentarias en la Cámara de Diputados, donde el proyecto enviado hace un mes pareció quedar estancado tras ser aprobado en el Senado. “Si tenemos que sacar otro decreto, lo vamos a hacer; pero Alberto no quiere que se demore más”, explican en el primer piso de Balcarce 50, sobre la estrategia.

Aunque nadie se anima a garantizar que esté el número para aprobar la ley y hasta la semana pasada faltaban entre 3 y 6 voluntades según el interlocutor que hiciera el cálculo, en las últimas horas el Ejecutivo, con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, a la cabeza, jugó a fondo para empujar las negociaciones que el titular de Diputados, Sergio Massa, y el jefe de bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, encabezan con sectores de la oposición, más allá del rechazo de Juntos por el Cambio.

Y el resultado de esas tratativas generó mucha expectativa en el Gobierno. “Confiamos en que va a haber ley antes del viernes”, repiten ante la consulta de Clarín. Sin embargo, la hoja de ruta para que esto se cumpla asoma cuanto menos compleja. A saber: la iniciativa debería tener dictamen este miércoles para ser incluida eventualmente en una sesión proyectada para el jueves. El viernes, si es que resultara aprobada, tendría que ser promulgada sin dilaciones por Alberto F. para que comience a regir desde las 0 del sábado, justo cuando el decreto vigente.

Se hicieron, siempre según fuentes del Gobierno, algunas concesiones en otros proyectos que podrían torcer la voluntad de legisladores opositores no cambiemitas que dudan. También a los gobernadores se les dejó saber el malestar latente: señalan que varios no jugaron fuerte para que se aprobara. Especialmente “dos o tres” del mismo color político, machacan.

Lo curioso es que de aprobarse el proyecto, que contempla los mismos parámetros epidemiológicos que se plasmaron en el último DNU y divide al país en cuatro regiones, el Presidente debería complementarlo con un decreto si es que quiere mantener un cierre “duro” los fines de semana, posibilidad de la que dio cuenta Clarín este lunes y se analiza para evitar un relajamiento social.

Es que el texto de la ley no contempla un cierre estricto ni la prohibición de circulación diurna ni siquiera en las zonas más afectadas, denominadas de “Alarma epidemiológica”. Sí prevé la restricción para circular entre las 19 y las 6, limitaciones en la gastronomía (take away y delivery nocturno y sólo atención al aire libre durante el día) y en el funcionamiento de los locales comerciales no esenciales (hasta las 19), además de la prohibición de operar para los shoppings, centros comerciales y ferias.

En ese contexto, la duda que invade a los funcionarios gira en torno a la conveniencia y la herramienta para desalentar las reuniones sociales, que a pesar de la prohibición vigente desde abril habían sido difíciles de controlar hasta que el 21 de mayo se impuso una cuarentena dura.

Las largas filas de autos en la Panamericana atrapadas por el embudo dispuesto por Axel Kicillof con aquel control sanitario sorpresivo un sábado representan una escena que en el Gobierno quieren que no se repita a pesar de la baja de casos. “Con mucho esfuerzo se logró frenar la curva, que sigue alta pero ahora la baja. No podemos dejar que se vuelva a disparar”, es el razonamiento, Para eso, el Presidente debería ampliar el alcance de esas medidas por decreto.

No es un tema menor: las reuniones sociales fueron el principal foco de contagio en esta segunda ola, coinciden los especialistas.

En cualquier caso, con ó sin ley, en una semana con anuncios de obras y signada por la visita del presidente de España, Pedro Sánchez, Fernández tiene a sus colaboradores preparando distintos borradores. Se define el mismo viernes. (Clarín)

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