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Cómo borrar tu “huella digital” y desaparecer de internet sin dejar rastro

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Según publica Clarín Algunos consejos para eliminar fotos, posteos y datos personales de la red y evitar que caigan en las manos equivocadas.

Cuando un usuario visita un sitio web, éste recopila información instalando cookies en el navegador de su teléfono, tableta o la computadora. Esta información incluye la dirección IP (Protocolo de Internet, una dirección única que identifica a un dispositivo en Internet o en una red local), los datos de acceso y cualquier otra cosa que revelen o que publiquen sobre sí mismos.

Muchas empresas usan los datos de las huellas digitales para crear “perfiles” de usuarios y vender estos “rastros” a otras empresas como potenciales consumidores.

Pero no es el único peligro digital. El robo de identidad, estafas online, amenazas con revelar datos o fotos de otra época, “sextorsión” o “pornovenganza”, entre otros, son algunas de las múltiples formas que pueden amenazar a una persona.

Para evitar que alguien puede encontrar datos ocultos del pasado o utilizar información actual para alguna fechoría, la firma Avast, especializada en seguridad, ofrece nueve consejos para borrar estas huellas.

Nueve pautas

  •     Volver al pasado. Ponerse en el lugar de los que pueden estar buscando. Ya sean reclutadores, hackers o ex parejas vengativas, es importante saber lo que van a encontrar con sólo poner el nombre de cualquier persona en un buscador. Utilizar varios motores de búsqueda, ya que pueden arrojar diferentes resultados.
  •     Limpiar datos públicos. Las páginas web de inmobiliarias, citas o viejas redes sociales, pueden tener más información que uno quiere que no se de a conocer. Sobre todo información personal como número de teléfono, edad e incluso dirección o antiguas parejas. Se le puede pedir a esos sitios web y que eliminen esa información.
  •     Revisar cuentas. Durante la búsqueda del nombre, es posible que haya cuentas de redes sociales antiguas, publicaciones con chistes insensibles y anticuados, o entradas de blog que que revelaban demasiado de la vida personal. La cultura cambia y uno puede evolucionar con ella. Revisar todo lo publicado y evaluarlo con ojos nuevos.
  •     Archivar y eliminar. Después de valorar los riesgos para la privacidad y el contenido negativo de las publicaciones, es el momento de editarlas y eliminarlas. Cerrar todas las cuentas que no benefician a la imagen en línea (tanto ahora como en el futuro). Recordar que algunos contenidos nunca pueden ser eliminados del todo. Aunque se piense que es privado, entidades como la policía y los piratas informáticos pueden sacar a la luz cosas que no se habían olvidado Es mejor no publicar nunca publicaciones negativas en primer lugar.
  •     Ajustar la configuración de privacidad. Revisar la configuración de la cuenta en el navegador y aplicaciones móviles. Minimizar la exposición de los datos personales limitando lo que la gente puede ver. Esto incluye fotos, publicaciones, ubicación e información personal, como la dirección o fecha de nacimiento.
  •     Borrar el historial del navegador. Incluso si uno cree que todos los sitios web que fueron visitado son “seguros” para la reputación, es una buena idea borrar el historial de navegación regularmente. Una mayor privacidad en Internet evita que se husmee en el historial y ayuda a que el navegador funcione más rápido.
  •     Limpiar la computadora. Los archivos temporales, los duplicados, los que se creían eliminados y las fotos de baja resolución pueden ralentizar la computadora y, además, crear un riesgo de seguridad.
  •     Revisar el teléfono. Cuanto más se usa el teléfono, más basura acumula. Los mensajes de texto antiguos, las cookies, las imágenes y los datos del historial del navegador ocupan mucho espacio de almacenamiento. Si los datos no existen, no pueden ser utilizados. Además, el teléfono rinde más. Limpiar las cosas cada poca semana.
  •     Tener en cuenta a los demás. Se puede tener una mala reputación online sin escribir una sola palabra. Pensar antes de compartir/republicar contenido negativo. Cuando se publica el contenido de un tercero, sus palabras e ideas se convierten en propias. Tener especial cuidado con el sentido del humor en torno a temas delicados como la raza, la religión y la política. Al publicar fotos originales, tener en cuenta que algunas personas tienen niveles de privacidad online diferentes a los propios. Pedir permiso antes de etiquetar a otros en línea o los amigos que se etiqueten ellos mismos.

“No publiques nada que no quieras que vuelva y te persiga en el futuro. Internet nunca se olvida. Además, mantener limpio tu rastro de datos no sólo tiene que ver con tu reputación: la basura que permites que tus dispositivos recojan pone en riesgo tu privacidad y seguridad en Internet”, señala Luis Corrons, Security, evangelist de Avast. (Clarín)

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