Según publica Clarín En el inicio de la última semana de campaña en la Casa Rosada se entusiasman con el impacto que tendrá el aumento de la participación. La estrategia para el día después.
Por: Ignacio Ortelli
Victoria Tolosa Paz se asomó minutos antes de las 8 de este lunes por la Casa Rosada. No estaba Alberto Fernández, pero sí la esperaba Juan Manzur en su despacho para delinear lo que serán los últimos días de campaña del Frente de Todos. “¿Cómo la ves?”, se preguntaron casi a coro en el arranque. La consulta desde ambos lados tiene que ver con el rol en el territorio de la primera candidata a diputada por la Provincia y por el espacio al frente de la estrategia nacional que ganó el jefe de Gabinete desde que asumió. La respuesta fue casi idéntica y por el momento no se sustenta en ninguna de las encuestas que se acercaron al resultado de las PASO: “Hay un final abierto en Provincia”, coincidieron en un encuentro que se prolongó más de lo previsto, por casi dos horas, y en el que afinaron el discurso y los detalles para la recta final.
Por expresión de deseo, sensación térmica y microclima de lo que vibraron en las últimas recorridas o simplemente estrategia electoral, ese mensaje es el que trasladan por estas horas quienes se ponen al frente de la línea discursiva del Gobierno. Claro que en la intimidad hay funcionarios que admiten que el triunfo de Juntos por el Cambio será difícil de revertir, incluso cuando dirigentes de la coalición opositora también afirman que la ventaja se ha reducido. “Si descontamos es poco. Dicen eso porque están buscando el voto útil, quieren limar a (José Luis) Espert. Pero nadie puede decir qué va a pasar porque el que estuvo ausente es imposible de encuestar”, relativiza una espada oficial que, con la gestión, como excusa mantiene vínculo con la otra vereda.
Sin respaldo en las encuestas, y con la percepción de que el universo de personas que cambian su voto de las PASO a las generales es reducido, como contó este diario el Gobierno basa su optimismo en un “cambio de clima”, pero fundamentalmente en el incremento en la participación electoral y en la capacidad del aparato del PJ bonaerense que se activó como nunca en las últimas semanas. “Fue muy grande el nivel de ausentismo, inédito en la historia, y ahí hay una posibilidad de achicar el resultado”, es el análisis que se escuchó en el despacho de Manzur. El dato concreto es que en las primarias bonaerenses votaron 8.434.037, mientras que el promedio de los últimos años en torno al 78 por ciento lo representan unos 9.700.000 electores.
En el Gobierno exageran y señalan que esa cifra puede trepar incluso por arriba de los 10 millones: serían unos 13 puntos que en las primarias.
“Es casi cinco veces más que la diferencia que sacó Juntos”, señalan, sin tener en cuenta que dentro de los ausentes, según el grueso de los analistas, hubo un porcentaje alto de desencantados con la política en general y decepcionados con la gestión de Fernández.
La línea “optimista” fue visibilizada en las últimas horas por la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti. “Sentimos un clima diferente, de cercanía con los dirigentes, con los intendentes. Hubo medidas después de las PASO que impactan en la vida de la gente”, dijo en C5N. Los recientes hechos de inseguridad parecen no haber hecho mella en el discurso oficial.
Más allá de la postura pública, el día después de la elección es un tema que desvela al Gobierno. Y se advierte en la intención de despejar cualquier especulación de ruptura del Frente de Todos. “Queremos dar vuelta la elección, y hasta el cierre de campaña vamos a llevar nuestras propuestas a cada vecino, pero el día después el peronismo va a seguir unido, gobernando y dando todo para sacar a la Argentina adelante”, sostienen en Jefatura de Gabinete.
Si no le alcanza para ganar, pero se reduce la diferencia, en el oficialismo también creen que tienen una oportunidad para salir fortalecido. “Escuchamos el mensaje de las PASO y tomamos medidas”, es el concepto que los estrategas de campaña, con el consultor Antoni Gutiérrez-Rubí repiten entre los candidatos y funcionarios. En ese contexto, nadie tiene claro qué puede pasar y qué se va a decir en caso de una derrota todavía más amplia. (Clarín)
