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Primer censo con identificación personal y las dudas del uso indebido de datos. Los peligros que nos impone la era digital, la cual nos facilita la vida

El censo 2022 además de ser obligatorio, como todo los censos, tiene la particularidad de exigir identificación de las personas, lo cual pide al ingresar al sitio web de censo digital. 

Número de documento, fecha de nacimiento, son solicitados para ingresar y casi como un acto fallido de culpas implícitas, al pie figura la siguiente leyenda, la cual uno debe aprobar si o si para ingresar a obtener el código respectivo: “Entiendo que mi documento nacional de identidad no se vinculará con la información que registraré en el Censo Digital, ni será almacenado. Autorizo que se utilice mi DNI solo para habilitarme el acceso a completar el cuestionario en nombre de todos los miembros de mi hogar”.

Censo Digital 2022 -

Esto es una acción culposa de quienes organizan el censo desde el Estado nacional, sospechado de todo tipo de abusos y mal uso de las bases de datos que han dado lugar a persecuciones, ubicación de personas, venta de datos personales y vaya a saber qué otro tipo de acciones ilícitas por parte de quienes tienen la obligación de velar por la seguridad de todos nosotros.

Si desde el gobierno nacional no existiera este prejuicio, no tendrían necesidad de colocar esa aclaración, pero a su vez lo hace más evidente y compulsivo, el hecho de que uno para ingresar debe aceptar (si o si) lo que ellos dicen. En todo caso, hubieran colocado la aclaración sin necesidad de tilde, porque incurren en la irregularidad de obligarnos a que aceptemos lo que imponen, que de hecho, pocos o nadie cree.

Identidad digital

Mucho se ha escrito y se escribe sobre los inconvenientes y peligros en el uso generalizado de la identificación digital y hay una corriente de pensamiento que sostiene casi a modo de conspiración, que los gobiernos intentan, por medio de los sistemas de datos digitales, saber todo de la población y del/los sujetos y que nadie sepa nada de ellos, precisamente.

Uno de los puntos principales es la poca información sobre quién la recopila y qué tipo de información tabulan quienes están a cargo de reunir este tipo de datos, pues el espectro va desde el escanear el comportamiento en un comercio minorista hasta verificar potencialmente el uso de los servicios gubernamentales.

Los últimos años han dejado muy claro que la seguridad de las bases de datos, ya sean privadas o gubernamentales, no está asegurada. Además, el acceso de los ciudadanos a los datos recopilados sobre ellos, sus usos y sus propios derechos no están claros” escribe el abogado Luis Tonelli de la policía bonaerense señalando que la identificación digital por geolocalización significa que existe al menos la capacidad de monitorear a las personas todo el tiempo, con o sin su consentimiento. No está claro qué derechos tendrán las personas para este seguimiento, qué capacidad tendrán para controlarlo o cómo podría usarse.

El auge de la inteligencia artificial significa que, a medida que se recopilan datos de los sistemas de identificación, se construyen algoritmos que pueden tener un gran impacto en las personas. Sin embargo, estos sistemas, al igual que los datos en sí, no son transparentes en su funcionamiento ni claros ni siquiera en cuanto a quién o qué los está construyendo y con qué fines.

De acuerdo a las publicaciones especializadas todos los sistemas de identificación digital y recopilación de datos son vulnerables a las violaciones de seguridad. La violación de información crediticia de Equifax en EEUU en el año 2017, por ejemplo, comprometió la asombrosa cifra de 145,5 millones de números de la Seguridad Social y le costó a la empresa 700 millones de dólares en indemnizaciones individuales y multas civiles por el hackeo. Debido al potencial de infracciones cibernéticas, los ataques en el futuro podrían ser aún mayores y poner en riesgo sistemas completos.

Con las autoridades comenzando el viaje para normalizar el uso de la identificación digital, las infracciones tienen el potencial de volverse aún más disruptivas de lo que son ahora. Por último, pero no menos importante, la introducción de identificaciones digitales plantea uno de los riesgos más graves para los derechos humanos de cualquier tecnología que hayamos encontrado, señala el Dr Tonelli quien asegura que los sistemas de crédito social, como los que se están desarrollando actualmente en China, se basarán en la identificación digital, lo que habilitará o inhabilitará nuestra participación plena y libre en la sociedad.

Al desarrollar tecnologías de reconocimiento facial e inteligencia artificial y aprendizaje automático en paralelo con sistemas para una identificación digital, no estamos simplemente estableciendo una identidad para acceder a los servicios sociales básicos. Las identificaciones digitales serán necesarias para funcionar en un mundo digital conectado, según esa cosmovisión y esto no ha escapado a la atención de los regímenes autoritarios. 

Se expone flagrantemente que ya están trabajando para fragmentar Internet, recopilar y localizar datos e imponer regímenes de vigilancia y control. Los sistemas de identificación digital, tal como se están desarrollando hoy en día, están maduros para la explotación y el abuso, en detrimento de nuestras libertades y democracias.

Un país poco fiable

La Argentina, debido a su vacíos legales, su poca confiabilidad internacional en materia jurídica y especialmente por la gran corrupción que atraviesa a la clase política en general y a la gobernante en particular, no responde a la hora dar seguridad a la población de que los datos recabados en un censo que no es anónimo, no pueda llegar a constituirse en una gran base de datos actualizados, los cuales podrán ser usados discrecionalmente por funcionarios y/o partidos políticos los cuales pueden llegar a tener conocimientos detallados de cada habitante y podrían desde segmentar los datos para usarlos en campañas políticas, hasta vender bases de datos a bancos, transnacionales y/o gobiernos, con un solo “click”.

Un censo nominal, como el que pretende hacer el gobierno el día 18, puede corresponder a una enorme y gran encuesta, que le permita a los pícaros de turno, utilizar la información pormenorizada que allí se vuelcan en 61 preguntas, para fines no determinados, con lo cual caemos, indudablemente, en el mal uso de los datos digitales, que tanto preocupa a sociedades organizadas de los principales países del mundo. (Agencia OPI Santa Cruz)

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