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El cepo a la exportación de carne generó menor ingreso de divisas y no logró bajar el precio local

Carne, medias, precios

Según publica Clarín Por la caída de los embarques el país dejó de percibir ingresos por más de 400 millones de dólares, y el precio local aumentó casi 70 por ciento. El caso de Uruguay.

Hace poco más de un año, en el contexto de una batería de medidas que tenían como objetivo frenar la inflación, el Gobierno Nacional dispuso un cierre temporario de las exportaciones de carne, seguido de una cuotificación en los embarques y la prohibición de exportar algunos cortes de consumo local. El objetivo no se cumplió, el precio de la carne en el mercado interno siguió aumentando debido a la escasez de oferta, al igual que los precios de toda la economía. Pero además, el país dejó de percibir ingresos por más de 400 millones de dólares por un menor volumen de carne exportado en un escenario de altos precios internacionales.

Así lo indica un informe reciente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), que muestra que durante el 2021 las exportaciones de carne vacuna alcanzaron las 571.200 toneladas peso producto, mientras que si no hubiese habido restricciones el volumen habría ascendido a 645.000 toneladas peso producto.

Mientras tanto, el precio promedio de la carne en el mundo pasó de 4.164 dólares por tonelada a 5.568 dólares por tonelada.

Según el cálculo de Ciccra, si el país no hubiera dejado de embarcar esas 74.500 toneladas de carne las divisas aportadas por el sector se hubieran ubicado en 3.190 millones de dólares en 2021, pero llegaron a 2.788,6 millones de dólares, 401,4 millones menos.

Además, según se deduce del último informe de exportaciones de carne del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), el frenazo a los embarques, más allá de haberse flexibilizado, sigue teniendo un efecto perjudicial en el volumen exportado. En los primeros tres meses de 2022, las exportaciones de carne vacuna argentina se redujeron en cerca de 11.000 toneladas respecto del primer trimestre de 2021, previo a la intervención, lo que representa un descenso del orden del 7,4 por ciento. De todas maneras, el valor total aumentó debido a una importante suba en el precio internacional de la carne.

Qué pasó con el precio local

Cuando el Gobierno decidió suspender las exportaciones de carne la inflación anual rondaba el 47 por ciento anual. Doce meses después, la inflación general anualizada en abril de 2022 fue del 58 por ciento y el precio promedio de la carne en el mercado local aumentó un 67,9 por ciento.

Es que, contrario a lo que buscaba el Gobierno, el cepo no generó mayor oferta de carne en el mercado local sino todo lo contrario. Tras un breve lapso inicial en el que sí se volcaron más kilos a las góndolas, la oferta cayó porque los productores decidieron retener los animales en el campo, sumando peso a bajo costo y esperando a que se aclare el panorama, y los resultados se expresaron en la faena y la cantidad de carne producida en la segunda mitad de 2021 y comienzos de 2022.

“Comparando el volumen de producción de carne vacuna del primer trimestre de 2022 con el obtenido a lo largo del mismo trimestre del año 2021, se observa una contracción interanual del 0,6 por ciento”, detalla el Ipcva. La producción de carne del primer trimestre fue de aproximadamente 716.000 toneladas equivalente res, de las cuales se destinó un 27,1 por ciento a los mercados de exportación (194 mil toneladas equivalente res) quedando el 72,9 por ciento restante a disposición del mercado doméstico, lo que permitió disponer de un consumo aparente por habitante al año de 45,2 kilogramos, indica el Instituto, y agrega: “Con respecto a los valores de abril de 2021, los precios promedio de la carne vacuna del cuarto mes del corriente año se ubican un 67,9 por ciento por encima”.

Un caso para observar

Un fenómeno propio de este 2022 y del contexto bélico es la globalización de la inflación. Ese ya no es solo un problema argentino sino que afecta a las principales economías del mundo. Y vale la pena observar las recetas que se toman en otros países para comparar efectos. Uno que sirve para ilustrar el dilema de la carne es el de Uruguay. Cuando el presidente del país vecino, Luis Lacalle Pou, vió que el precio de la carne en las carnicerías locales subía alrededor de un 10 por ciento entre enero y marzo (que se sumaba a un alza anual del 21,5 por ciento en 2021), decidió impulsar una quita del IVA para el asado (cuya alícuota es del 10 por ciento) por un periodo de 30 días, con el objetivo de que el precio de ese corte en el mostrador baje 50 pesos uruguayos por kilo, que equivalen a 1,23 dólares. La medida se hizo efectiva a fines de marzo y luego se extendió durante un mes más, y los resultados están a la vista.

Según difundió el economista Juan Manuel Garzón, el precio del asado en Uruguay pasó de 8,4 dólares el kilo en marzo a 7,6 dólares en abril. Mientras tanto en Argentina, a pesar de la prohibición de exportación vigente para ese corte, el asado continúa con la misma escalada inflacionaria que rige toda la economía y ya alcanzó los 9,3 dólares por kilo. (Clarín)

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