Por: Marcelo Cantelmi
Según publica Clarín El PT tendría el guiño de la dirigencia centroderechista y avanzaría sobre liderazgos bolsonaristas. El presidente, negocia con su enorme poder parlamentario.
No hay tiempo que perder. Como Lula da Silva, el presidente Jair Bolsonaro ya puso en marcha sus principales espadas para reclamar el apoyo de los liderazgos de centroderecha que quedaron fuera en las elecciones. Más allá de la campaña en sí, en la cual le dará la vuelta al país, el mandatario exhibe un arsenal potente potente para forzar esos acuerdos.
El desempeño de la derecha por encima de lo esperado en el populoso sureste del país podría resultar particularmente beneficioso para el presidente que amplió significativamente su poder legislativo.
Asimismo su exministro de Infraestructura, Tarcísio Gomes de Freitas, lidera con grandes posibilidades la lucha por la segunda vuelta en el poderoso estado de San Pablo; controla Río de Janeiro, y el gobernador del segundo estado más poblado del país, Minas Gerais, le expresó su apoyo aunque la pelea por el favor minero es eje de una feroz competencia.
“Muchos políticos evaluarán con frialdad de qué lado queda la fuerza a la hora de negociar”, le dice una fuente del poder judicial a este enviado. “Es ahí donde solamente mirarán, aquí el pragmatismo y la ambición es de todos”, añade.
Lula da Silva, entre tanto, ya ha tomado contacto con los partidos que quedaron fuera de competencia. La senadora centroderechista Simone Tebet, una abogada en sus cincuenta años, ferviente antiabortista y que ocupó el tercer lugar, había indicado antes de las elecciones que podría llamar a sus simpatizantes a votar por Lula.
Un acercamiento que sería coherente con su persistente ataque en todos los debates y foros contra los cuatro años de gestión de Bolsonaro a quien reprocha su machismo, la violencia de sus comentarios y los problemas económicos irresueltos en el país.
Avance radical hacia el centro
La estrategia del PT es consistente con la idea de profundizar sin reparos un avance “más radical hacia el centro político” en una ofensiva que también produzca un acercamiento con dirigentes alineados con Bolsonaro.
La substancia de ese posicionamiento es la certeza de que Lula, aunque no es claro con qué diferencia, acabaría por alcanzar la presidencia este 30 de octubre, es decir tendría la lapicera. De ahí que no les parece complicado intentar jugar incluso en el sudeste bolsonarista. Al PT le faltaron solo 1.8 millones de votos para ganar en el primer turno.
Con todo, en una u otra vereda, las negociaciones aquí no van solo por coincidencias programáticas. Cuando Lula en San Pablo, previo a las elecciones habló más del balotaje que de la cita del pasado domingo, persuadido de que había grandes posibilidades de no lograrlo en el primer intento, sugirió que en la segunda campaña iría sobre el territorio de los partidos que no se sumaron a su coalición.
Para todos quedó claro que de lo que hablaba era de repartir lonjas de poder, entre otros estamentos en el gabinete de ministros. En una visión más avanzada eso implica importantes ajustes políticos si el centroderecha se torna como parece una parte muy activa de un eventual próximo gobierno del PT.
“El PT tiene pocas dudas de qué va a ganar. Su preocupación es hacerlo con suficiente contundencia para disolver el mal gusto de la primera vuelta”, le dice a este enviado un diplomático sudamericano activo en Brasilia. “Pero eso parece improbable”, añade.
Los estrategas de Lula definieron que la campaña para la segunda vuelta, pese a los resultados del domingo, se deberá enfocar esencialmente en San Pablo, Río de Janeiro y eventualmente Minas Gerais. El nordeste, donde hay una enorme masa de bajos ingresos, lo tiene bajo control y de ahí llegó gran parte de sus votos. El sur es esquivo, y fortalece a Bolsonaro.
Una duelo 70 a 30
El cientista político Andrei Roman, CEO de AtlasIntel, el instituto de encuestas que tampoco acertó el domingo, pero que menos erró, afirma que en sus cálculos el ex presidente Da Silva cuenta “con 70% de probabilidades de ganar en el balotaje, en comparación con el 30% de chances de Bolsonaro.
AtlasIntel había pronosticado el sábado, antes de las elecciones, que Lula vencería con 50,3% del voto contra 41,1% para el presidente. Los resultados fueron respectivamente, 48,43% y 43,2%. Lejos aunque no tanto.
Roman, entrevistado por el portal Metrópoles, sostiene que es correcto ir por el voto en San Pablo y Río de Janeiro pero duda sobre Minas Gerais. “Es totalmente acertado para Lula y para Bolsonaro también.
El expresidente y candidato por el Partido de los Trabajadores dijo que el resultado de este domingo “es una prórroga” para continuar trabajando. Además, le pidió a la ciudadanía recordar “lo que pasaba hace cuatro años” y se mostró…
En San Pablo y Río de Janeiro Lula puede conseguir resultados mejores si moviliza mejor a su electorado para que salga de la casa. En Minas Gerais, en cambio, es diferente porque ahí el gobierno electo hará campaña por Bolsonaro y eso es muy peligroso para Lula”.
El experto sostiene que el electorado mineiro es históricamente volátil y de comportamiento difícil de anticipar porque tiene un poco del nordeste y otro poco del sureste.
Pero el analista marca otro detalle, al gobernador Romeu Zema Neto, un aliado crítico del mandatario, le conviene hacer campaña por Bolsonaro, “por convicción pero por sentido político porque acaba siendo una precampaña para la presidencia en 2026, Eso es muy peligroso para Lula”.
Sin embargo, hacia allí van las espadas más importantes del PT, según Folha de Sao Paulo. Hay cierta suposición de que se podrá torcer las inclinaciones del gobernador Zuma reelegido este domingo. Es interesante por los costos que supondría semejante alianza con un empresario sólidamente instalado en la derecha del arco político.
Hubo conversaciones anteriores que habían avanzado a extremo tal que el acuerdo en ciernes había tomado el apodo de “Luzema”. Todo muy en secreto, incluía liberar el camino a Zema para la gobernación. Pero eso fue antes del golpe electoral y de poder político del domingo.
“Hoy, miembros de la dirección de la campaña dicen que Lula fue engañado. Ahora la idea es proponerle a Zema un acuerdo informal, según el cual apoyaría a Bolsonaro sin hacer campaña apasionadamente por el presidente”, dicen las fuentes petistas citadas por el diario de San Pablo. (Clarín)