Según publica Clarín Analistas y especialistas creen que el “riesgo de financiamiento” de exportaciones de Brasil es extremadamente alto, dada la crisis que enfrenta la Argentina.
Por: Natasha Niebieskikwiat
La prensa de Brasil amaneció este miércoles recargada de mensajes de analistas económicos que se mostraron escépticos sobre las negociaciones que están llevando a cabo los gobiernos de Brasil y la Argentina.
Fue tras la mini cumbre que mantuvieron Alberto Fernández y Lula da Silva, más los ministros Sergio Massa, Santiago Cafiero y otros con sus contrapartes brasileñas para busca ayuda económica ante la desesperante falta de dólares en el país.
El escepticismo que impera explica en gran parte por qué Alberto Fernández volvió de su visita a Lula con las manos vacías.
La declaración de prensa que dieron ambos presidentes el martes en Brasilia, sin abrir a preguntas de los periodistas, dejó entrever lo sórdida que es la situación.
Por empezar, el brasileño reconoció que su colega volvía a Buenos Aires “sin dinero”, aunque por el otro lado dijo -cálidamente- que buscaría apoyo tanto del bloque de los BRICS como por medio del FMI “para quitarle el cuchillo del cuello a Argentina, un país que solo quiere crecer, generar empleo y mejorar la vida de la gente”.
Reconoció Lula que había tenido una “larga” y “difícil” conversación con Fernández, quien a su vez habló de estar haciendo unos “deberes” reclamados por Brasil.
En ese sentido los ministros Sergio Massa (Economía, Producción y Agricultura) y Fernando Haddad (de Hacienda, en Brasil) seguirán a cargo de las negociaciones la semana próxima para encontrar un mecanismo de financiamiento que le llegue a los exportadores brasileños que envían sobre todo bienes industriales (el primer lugar lo ocupan los automóviles) al mercado argentino, carente de divisas para el pago de los mismos.
Un editorial de O Globo sugirió temprano que Lula en buena parte ayuda a la Argentina por razones ideológicas, como lo hizo con Cuba y Venezuela, y que si otro hubiera sido el gobierno argentino, posiblemente no aparecía ese respaldo.
Al respecto recordó que Argentina sufre una inflación superior al 100% anual y que el peso se está “derritiendo claramente frente a otras monedas, incluido el real”. Y que por ello mismo había dudas sobre los valores a los que se cerraría la financiación de las exportaciones, que se estarían garantizado por el BNDES. El tiempo real de la venta en Argentina está afectado por la cuestión cambiaria e inflacionaria y entonces suele ser, o puede ser muy diferente.
El analista brasileño Welber Barral se pronunció en el sitio O Estadao acerca un largo problema que enfrentan los exportadores brasileños a la Argentina a raíz de que los pagos a las empresas del vecino país están demorándose “alrededor de 180 días”.
“Ello afecta el flujo de caja de las empresas brasileñas, especialmente las más pequeñas”, dijo y recordó que la escasez de divisas se agravó este año con la sequía que redujo la producción agrícola y por ende las exportaciones argentinas. Barral igual fue defensor del crédito porque -planteó- sin él las empresas en su país “tendrían que dejar de exportar o reducir el volumen exportado”.
Otros economistas consultados en Brasil consideraron que esas líneas de crédito presentan un “riesgo de financiamiento extremadamente alto” y con posibles “efectos negativos para el BNDES” y para el tesoro brasileño.
Clarín consultó al ex ministro de Producción, Dante Sica, miembro fundador de la consultora Abeceb, quién está precisamente en Brasil esta semana. Sica dijo que efectivamente había escuchado de los empresarios industriales la preocupación por el efecto que generaba en sus ventas la forma de financiamiento con China que encontró la Argentina para enfrentar la falta de dólares. Saben que ello les iba a generar un desvío del comercio al mercado chino.
Lo que dice Sica sin duda explica también lo que puso Lula en la mesa de negociación con los sectores económicos de su país a la hora de justificar una línea de créditos que también ayude a la Argentina.
Por el otro lado, coincidió con el escepticismo que hay en Brasil para poner en práctica un financiamiento para exportadores de Brasil que -dijo-, “lleva bastante tiempo por el tema de las garantías por riesgo cambiario que se necesitan frente a la situación argentina”. Sica recordó que ni los bancos privados brasileños quieren asumir el riesgo que tampoco se puede financiar directamente a través del fisco de Brasil.
Un economista argentino que estuvo dentro del Banco Central de la República Argentina y conoce bien este tipo de operatoria elogió el hecho de que a nivel institucional Argentina y Brasil, a través de Massa y Haddad estén hablando de este mecanismo. Pero dijo que para ver en vigencia este tipo de acuerdo llevará meses y hasta años.
“Lo mismo con el swap de China -a donde planea viajar Massa este mes- es muy dificil de implementar” porque se trata de acuerdos que involucran a los Bancos Centrales de ambos países, comentó.
“Lo más importante”, dijo la fuente consultada “es que Brasil nos pueda ayudar con el Fondo” y aunque cueste creerlo, con su alineamiento en favor de China y Rusia “nos está ayudando indirectamente porque Estados Unidos ve en la Argentina un aliado”, opinó.
El cuchillo según Lula y el reclamo de Alberto
Según escribió la periodista Janaina Figueiredo del diario O Globo, en su encuentro con Lula, del martes a la noche, Alberto Fernández, se quejó “con dureza” de la falta de apoyo a la Argentina del brasileño Afonso Bevilaqua, integrante del board del FMI.
Bevilaqua fue elegido para integrar el directorio del Fondo con el apoyo del ex presidente Jair Bolsonaro, pero como el mandato dura dos años, Lula debe convivir con él hasta 2024. No podría destituirlo.
Según la periodista de O’Globo, cuando Lula habló de que no quería ver a la Argentina con un “cuchillo en el cuello” le estaba enviando “un mensaje a la institución, pero también al director de Brasil” en el organismo internacional. (Clarín)