La Cámara de Comercio de Perito Moreno requirió a la empresa minera Newmont Cerro Negro mayores inversiones en el compre local y compromiso con la comunidad.
El presidente de la Cámara de Comercio, Pablo Jaramillo reunió a empresas prestadoras de servicios junto al gerente general de Newmont Cerro Negro, Marcelo Campos Ubeira para expresar la inquietud de la falta de inversiones en Perito Moreno.
Allí le manifestaron que los proveedores locales están relegados de las contrataciones y decisiones de la empresa y observaron que la minera está retirando el personal jerárquico que vive en la localidad.
También apuntaron a que no se utiliza más las canteras de áridos de Perito Moreno porque los materiales los traen desde otras localidades y todos los suministros de seguridad e higiene se los compran a proveedores por fuera de Santa Cruz.
Los comerciantes y empresarios locales le reclamaron que haya una relación “más fluida y constante con funcionarios de la empresa que tengan el poder de tomar decisiones”.
El proyecto Newmont Cerro Negro está avanzando en la Expansión 1, que incluye el desarrollo simultáneo de los distritos Marianas (Central y Norte) junto al Distrito Este para extender la vida de la mina de oro más allá de 2030.
A su vez, la empresa tiene previsto mejorar la producción “a más de 350.000 onzas a partir de 2024; proporciona una plataforma para una mayor exploración y crecimiento futuro a través de expansiones adicionales. Se estima que los costos de capital para el desarrollo del proyecto oscilan entre 350 y 450 millones de dólares” señaló Newmont. (Agencia OPI Santa Cruz)
Piensan invertir 350 millones de dolares para extraer unos 700 millones de dolares en oro-
Los vagos de los 4.600 habitantes se preocupan porque les compran poco. De lo otro no dicen nada
No decimos nada de la inversión de la minera porque no nos interesa, porque a los santacruceños nos acostumbraron a no laburar pero actuar a que si lo hacemos, siendo empleados públicos, y a vivir de la rapiña de lo que otros producen con su trabajo privado. O sea, somos como una clase de esclavos modernos, nos dan de comer y cada tanto, especialmente antes de las elecciones, nos tiran un extra que lo cambiamos por el voto.
¡Vivan el lupo, Alicia y toda su runfla!