El presidente de Francia, Emmanuel Macron, nombró hoy a los nuevos miembros de su gobierno con una marcada inclinación hacia la derecha, tras meses de incertidumbre política. El ajuste se produce poco más de dos meses después de que el primer ministro, Michel Barnier, de perfil conservador, convocara a elecciones anticipadas en un intento de evitar una moción de censura en el Parlamento.
Este giro hacia la derecha ha generado descontento entre los principales partidos de izquierda y entre algunos representantes políticos que forman parte de la alianza de gobierno de Macron. La situación podría derivar en una inestabilidad política para el presidente, quien ya enfrenta dificultades para mantener la cohesión en su coalición.
Uno de los personajes más controvertidos en el nuevo gabinete es Bruno Retailleau, designado como ministro del Interior. Retailleau, actual jefe del grupo en el Senado de Los Republicanos, ha sido una figura polémica por sus duras opiniones sobre la inmigración, lo que ha avivado las tensiones dentro del espectro político.
El secretario general de la presidencia, Alexis Kohler, fue el encargado de anunciar la composición del nuevo gobierno, que cuenta con 39 miembros, en su mayoría provenientes de la alianza de centroderecha de Macron y Los Republicanos. Sin embargo, destaca la escasa presencia de la izquierda, con Didier Migaud, ex diputado socialista con más de 20 años de trayectoria, como la única figura significativa en el gabinete, ocupando el cargo de ministro de Justicia.
Algunos miembros del gobierno anterior continúan en sus puestos, como Sébastien Lecornu en Defensa y Rachida Dati en Cultura. Otros han sido reasignados, como Jean-Noël Barrot, quien ahora es canciller, Catherine Vautrin en Territorios y Agnès Pannier-Runacher en Transición Ecológica. El “macronista” Antoine Armand asume la cartera de Economía, en un momento crítico, ya que Francia se enfrenta a una “situación fiscal muy grave”, según palabras del primer ministro Barnier, incumpliendo los límites de déficit y deuda pública fijados por la Unión Europea.
A pesar de los cambios, la amenaza de una moción de censura persiste. La coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP), que obtuvo 193 escaños en las elecciones recientes, ya ha anunciado su intención de presentar una moción contra el gobierno de Barnier. Esta moción podría prosperar si cuenta con el respaldo de la extrema derecha. (Agencia OPI Santa Cruz)
