Un reciente informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) revela que una persona puede enfrentar hasta 48 impuestos diferentes en un año, cifra que se eleva a 51 si se trata de un fumador. Este análisis segmenta a la población en tres perfiles de consumo, cada uno con su correspondiente carga impositiva.
El primer perfil, que incluye una canasta básica de diez ítems como alimentos, bebidas alcohólicas y no alcohólicas, servicios de telecomunicaciones y consumos con tarjeta de crédito, puede generar una carga de al menos 22 tributos anuales. Para el segundo perfil, que añade elementos como la posesión de una vivienda, un automóvil y el consumo en entretenimiento, el total de impuestos se incrementa a un mínimo de 37. El tercer perfil, el más completo, incluye 21 componentes, entre ellos viajes, alojamiento y compra de autos, lo que lleva el total de tributos a 48.
Del total de impuestos, el 56% son de origen nacional, el 15% provincial y el 29% municipal. El único tributo que afecta a todos los consumos definidos es el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que es fundamental en la recaudación. Además, se destacan el impuesto a los ingresos brutos y la tasa por inspección, seguridad e higiene, que tienen una incidencia significativa en cada perfil, representando hasta un 95% en el perfil más completo.
El informe señala que, a pesar de no analizar detalladamente la carga tributaria en función de los perfiles, se evidencia que un pequeño grupo de tributos concentra el 92% de la recaudación. Esto sugiere una complejidad excesiva en el sistema tributario argentino, lo cual podría resultar en altos costos administrativos para los contribuyentes y el propio fisco.
En resumen, el estudio del IARAF pone de manifiesto la complejidad del sistema impositivo argentino y su impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos, evidenciando que, a pesar de la variedad de tributos, solo un reducido número contribuye de manera significativa a la recaudación. (Agencia OPI Santa Cruz)