El riesgo país argentino continúa su descenso, alcanzando los 720 puntos básicos este miércoles, su registro más bajo en 68 meses. Este indicador, que mide el diferencial de tasa entre los bonos argentinos y los del Tesoro estadounidense, muestra una fuerte tendencia a la baja y podría perforar pronto el piso de los 700 puntos. Para encontrar un nivel similar, hay que remontarse al 1 de marzo de 2019, cuando se ubicó en 718 puntos.
El indicador, elaborado por JP Morgan, ha tenido una marcada recuperación en noviembre: inició el mes en 955 puntos, y con 10 días restantes para cerrar el período, acumula una caída del 26,8%. En lo que va del año, el riesgo país se ha reducido un 62%, en paralelo con el rendimiento positivo de los bonos argentinos en dólares.
El rally de los títulos soberanos, que en algunos casos han subido hasta 17% en noviembre y duplicaron su valor a lo largo del año, es uno de los factores clave detrás de esta baja. Bonos como el AL29, con ganancias cercanas al 100% en 2023, reflejan el renovado interés de los inversores.
El mercado también reaccionó positivamente a señales de estabilidad económica y política. Entre ellas, el avance en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), reforzado por la reciente reunión entre el presidente Javier Milei y la directora del organismo, Kristalina Georgieva, durante la cumbre del G20 en Brasil. Este encuentro alimenta expectativas de un posible desembolso de fondos frescos para Argentina.
Otros factores que impulsan el optimismo incluyen un índice de inflación mayorista del 1,2% para octubre, lo que refuerza la percepción de que el proceso de desaceleración de precios se mantiene. Además, el ajuste fiscal del Gobierno, que ha logrado 10 meses consecutivos de superávit en las cuentas públicas, y la estrategia del Banco Central, que acumula 37 ruedas consecutivas de intervenciones positivas en el mercado cambiario, con un saldo neto favorable de USD 1.271 millones en noviembre, fortalecen la posición del país en divisas.
Este contexto permite al Gobierno no solo cumplir con los compromisos de deuda a corto plazo, sino también mantener el control sobre el tipo de cambio oficial. En línea con esta estrategia, se proyecta una reducción del ritmo de ajuste mensual de la cotización, del 2% actual hacia un nivel cercano al 1%. Paralelamente, las cotizaciones de los dólares financieros continúan en descenso, respaldando un panorama de mayor estabilidad cambiaria. (Agencia OPI Santa Cruz)