Una huelga general nacional de 24 horas convocada este viernes por el sindicato USB en protesta por los bajos salarios y el aumento del costo de vida, generó un caos significativo en el transporte de Italia, afectando especialmente a las principales ciudades como Roma, Milán, Turín y Nápoles.
En Roma, la concentración principal tuvo lugar en el centro histórico, mientras que dos de las tres líneas de metro permanecieron cerradas, lo que dejó a miles de usuarios sin opciones de transporte público. Situaciones similares se vivieron en Milán, donde se suspendieron líneas de autobuses y metro, así como en Nápoles, donde la línea ferroviaria Vesuviana quedó fuera de servicio.
El impacto de la huelga también se sintió en los servicios ferroviarios. Tanto los trenes regionales como los de larga distancia operados por Trenitalia y la empresa privada Italo registraron interrupciones, al igual que los transbordadores que conectan las islas italianas con el continente.
Aunque las aerolíneas no participaron en la protesta, tienen previsto realizar una huelga separada el próximo 15 de diciembre, lo que podría agravar las tensiones en el sector transporte. Por otro lado, los conductores de taxis se sumaron al paro con una protesta de 12 horas, complicando aún más la movilidad en las principales ciudades italianas.
El Ministerio de Transporte e Infraestructura, liderado por Matteo Salvini, intentó limitar el alcance de la huelga emitiendo una orden para reducir su duración a cuatro horas. Sin embargo, el jueves un tribunal administrativo determinó que la orden era inconstitucional, permitiendo al sindicato USB proceder con la protesta en los términos originalmente establecidos.La jornada evidenció el descontento creciente entre los trabajadores, que denuncian una crisis económica que afecta su calidad de vida, mientras las autoridades enfrentan dificultades para mediar y minimizar el impacto de las huelgas en los servicios esenciales. (Agencia OPI Santa Cruz)